Yo soy uno, como cualquiera al que un día…, de repente…, su vida cambió y te encuentras delante de un lienzo en blanco, con tus pinturas de siempre, con tus pinceles, pero sin saber que pintar.
Pues sí, fui un muerto parado
Fui un muerto parado como aquella de la que decía “tocándose los huevos todo el día mientras su marido trabaja como un cabrón”, o como este más cercano que un día dije “ con 40 años y aun anda dando tumbos por ahí sin saber que va ha hacer en su vida”.
Además fui un muerto parao de larga duración, que creía que todo va a ir bien, que de repente su vida iba a cambiar, pero con un error muy grande, que era el de ser un optimista desilusionado, un optimista egoísta e incluso, a lo mejor, ni era un optimista y lo que era es un caradura.
Espero no tener la suerte de, que sin esfuerzo, se me ponga una oportunidad delante y reflote a una persona egoísta, egocéntrica, sin valores y que, aun por encima hasta casi alardeaba de ellos.
Ahí sale la frustración, la negación, el mal carácter, el criticar por criticar y el intento de desviar la atención hacia otro lado para que no quede patente que soy un gañan, porque si mi situación es esta es porque quiero.
¡¡¡Pues noooo!!!, soy un gañan y creo que siempre he sido un gañan.